lunes, abril 23, 2007

Liberación de "Fuegos"

Hoy es el día del libro(1)... y metafóricamente he decidido liberar (2) uno de mis libros preferidos, Fuegos, de la Marguerite Yourcernar. Este libro para mí ha sido fuente de inspiración y reflexión, incluso he llegado a pensar que hay un Antes de Fuegos (A.F.) y un Después de Fuegos (D.F.) en mi existencia.

Cuando me lo regalaron hace como 12 años, leí sus prosas líricas, inspiradas en algunos de los mitos griegos; que son una suerte de reescritura de las historias de Fedra, Patroclo, Antígona, Aquiles entre otras, las que son recontextualizadas en la época contemporánea.

Pero los textos que me marcaron... y han dejado huella en mí han sido los fragmentos de la autora, que van de manera intercalada entre cada relato mítico. Estas frases, me parecen una suerte de alaridos desgarradores que dejan a la luz una pasión que vivió la Yourcernar cuando era muy joven.

Lo que más me quedó de este libro es la diferenciación que hace entre el amor y las pasiones. Esto no lo plantea en este texto, sino que en otro, Con los ojos abiertos, donde explica la motivación de los versos que aparecen compilados en Fuegos. Ella hace la distinción entre el amor que es un sentimiento que se construye a lo largo del tiempo y las pasiones que son momentos en la vida en que nos encontramos con otro ser y sufrimos o padecemos -como dice ella- las turbulencias de este hallazgo; una pasión no necesariamente desemboca en amor, señala la Yourcernar.
Aquí van unos fragmentos, mis preferidos, y que han calado muy profundo en mí...

¿Existe entre nosotros algo mejor que un amor? Una complicidad…

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El alcohol desembriaga. Después de beber unos sorbitos de coñac, ya no pienso en ti…

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En el avión, cerca de ti, ya no le tengo miedo al peligro. Uno sólo muere cuando está solo.

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¿A dónde huir? Tú llenas el mundo. No puedo huir más que en ti…

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Soporto tus defectos. Uno se resigna a los defectos de Dios. Soporto tu ausencia. Uno se resigna a la ausencia de Dios.

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No hay amores estériles. Y es inútil tomar precauciones. Cuando te dejo llevo dentro de mí el dolor, como una especie de hijo horrible.

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Amar con los ojos cerrados es amar como un ciego. Amar con los ojos abiertos tal vez sea amar como un loco: es aceptarlo todo apasionadamente. Yo te amo como una loca.

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Un dios que quiere que yo viva te ha ordenado que dejes de amarme. No soporto bien la felicidad. Falta de costumbre. En tus brazos, lo único que yo podía hacer era morir.

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Cuando torno a verte, todo se torno límpido… Acepto sufrir…

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Se dice: loco de alegría. También podría decirse: cuerdo de dolor…

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Hace seis días, hace seis meses, hizo seis años, hará seis siglos... ¡Ah! Morir para detener el Tiempo...

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Hay que amar mucho a una persona para arriesgarse a padecer. Tengo que amarte mucho para ser capaz de padecerte.

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La indiferencia ignora; el amor sabe deletrear la carne. Hay que gozar de un ser para tener ocasión de contemplarlo desnudo…

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¿Miedo de nada? Tengo miedo de ti…

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¡Qué insípido hubiera sido ser feliz!

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No puede construirse una felicidad sino sobre unos cimientos de desesperación. Creo que voy a ponerme a construir.

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En el día del libro, les regalo este texto virtual a tod@s aquellos que alguna vez han sufrido o padecido alguna pasión...


(1)
La Conferencia General de la UNESCO en su vigésimoctava sesión, durante el año 1995, proclama el 23 de abril de cada año Día mundial del libro y del derecho de autor. Esta idea, promovida por la Unión Internacional de Editores (UIE) fue presentada a la UNESCO por el gobierno de España, enriquecida por la noción de derecho de autor por la Federación de Rusia y aprobada unánimemente por todos los Estados miembros.
Un antecedente de esta celebración se encuentra en Cataluña donde tradicionalmente el 23 de Abril (fiesta de San Jordi) se regala un libro y una rosa. Una razón de carácter más universal para escoger este día reside en el hecho de que es la fecha de la muerte de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, los tres el 23 de abril de 1616.

(2) Liberar, anoche escuché en la radio que como homenaje del día del libro en Santiago varias instituciones iban a liberar= regalar algunos de sus libros: en el metro en centros culturales, etc.

viernes, abril 13, 2007

El Tarot y la Monalisa

Ya he contado en otros escritos que a principios del 2007 me asumí como una mujer posmoderna, porque de una u otra forma fui constatando que la mayoría de mis paradigmas se fueron derrumbando. En consecuencia, la razón no me resulta suficiente para intentar comprender lo que sucede en mi entorno más inmediato.

Por lo mismo hace un par de semanas y después de vivir horas, días y semanas de angustia(s) e ilusión(es) me fui por las calles de Viña del Mar en busca de algunas certezas y por eso decidí ir verme el Tarot.

Siguiendo los consejos de mi amiga Paula, quien había pasado por experiencias similares y había consultado a un par de tarotistas en la Región, visité un local ubicado en la Galería Cristal de la Ciudad Jardín. He de confesar que en mi opción, pesaron mis posibilidades económicas y recursos humanos, pues dentro de las alternativas existía una señora en Peñablaca, que según mi amiga era la más seca de tod@s. Asimismo, el dato de Echevers Alto, también se escapaba a mi presupuesto, por lo tanto un día lunes por la tarde me bajé a la altura de la Galería ya mencionada y me fui en busca de mi bruj@.

Mientras caminaba iba pensando qué preguntas le haría, si le daría pistas o no, o me mantendría hermética así como la Monalisa. Entré tímidamente al local, había tres personas, dos eran los dueños del local –según me enteré más tarde- y una señora sentada. Entonces, pensé que tendría que esperar. Pero no sucedió aquello, pues me informaron que los dos veían el tarot y que la mujer sentada era amiga de la casa.

Yo iba con la idea de que sería una MUJER la que me echaría las cartas y cuál fue mi sorpresa al saber que sería un varón. Me sentí un tanto confundida, pues con lo introvertida que soy –aunque no se me note-, pensé que sería incapaz de sincerarme con un hombre o la vergüenza que sentiría cuando éste fuera capaz de descubrir o ver en el futuro mis sentimientos más íntimos, y por qué no decirlo mis deseos másss profundos: ¡qué vergüenza!

Pensé salir corriendo, pero el interés por aclarar algunas incertidumbres pesó más que cualquier pudor. Fue en ese momento cuando empecé a sonreír como la Monalisa. Es decir, una suerte de risa nerviosa o como digo yo: “me empecé a reír para dentro”; o sea, tragándome las carcajadas a costa de que mi abdomen se llenara de gases (1). Pero me concentré y dejé que las cosas fluyeran y decidí no poner trabas ante el mago.

Pero no podía evitar seguir riéndome –pa’ dentro, obviamente- traté de controlar el temblor de mis hombros, pues mientras él me explicaba el procedimiento a seguir, me fijaba constantemente en sus ademanes un tanto finos y en sus muletillas. He de reconocer, y que por deformación profesional –profe de Castellano- me fijo demasiado en cómo hablan las personas, aunque me caaarga andar corrigiendo a los demás, lógicamente oír graves errores gramaticales fue una constante interferencia entre los dos. Pero cerré mis ojos, e intenté relajarme y dejar de reírme pa’ dentro… mi actitud era así como la de la Monalisa. Pero opté por NO darle ninguna pista para ver su eficacia interpretativa.

Empezamos…

Brujo: ¿tuvo o tiene alguna enfermedad grave?

Sole: Mmmm, ¡no! le dije, he sido súper sana.

Brujo: ¿Si?, pero aquí le aparece algo que viene desde la infancia y que va a repercutir en su vida adulta.

Sole: ¡Ah! ¿Puede ser que tengo pie plano anterior y he debido usar plantillas y eso me ha repercutido en lumbago y dolores de espalda?

Brujo: Sí eso es, va a tener muchos problemas a la columna, pero nada catastrófico.


Y yo con la misma cara de la Monalisa…

Seguimos… entre otras cosas me dijo que iba a viajar por muchas ciudades y países, que tal vez, me radicara definitivamente en el extranjero, que esto me iba a proporcionar muchos dividendos económico$$$ (2). Así fueron apareciendo distintas cartas ante mí: el mago, el mundo, el sol entre otras. Por lo que sé de tarot, buenas cartas, si se puede decir así, pues según los entendidos no hay buenas ni malas, todo depende del contexto de interpretación. Me aconsejó que cultivara un bajo perfil, porque siempre iba a causar envidia…

Y yo con la misma cara de la Monalisa…

También hablamos del amor y amores… pero esto me lo reservo…

Y con la misma cara de la MonaRisa

Llegamos al final, nos despedimos de beso, nos dimos los email, los teléfonos (yo le di el de la oficina, obviamente), quedó de enviarme información interesante… bla, bla… bla...

Ahora estoy con una(s) duda(s) existencial(es)… Por cosas que me han pasado en las últimas semanas, tampoco taaan importantes, por ejemplo, he tenido fuertes dolores en la columna, sobre todo en la zona lumbar; he recibido llamadas telefónica$ que me hablan de un mejor futuro… Y cuál es mi duda: ¿con mi actitud de Monalisa o de risas pa’ dentro habré neutralizado al mago? ¿Ah? ¿Qué creen ustedes?

P.D. He decidido regalar mi Tarot de Marsella, quien esté interesado, no tienen más que pedírmelo a: sole.vargas@gmail.com

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(1)Esta es una teoría mía o mejor dicho una hipótesis que cuando uno se traga las carcajadas se llena de gases; esto me sucede frecuentemente, sobre todo cuando estoy en reuniones formales.

(2)Extranjero, viene de extraño, o sea, si yo nací en Talca, Valle Central de Chile, y me crié y eduqué ahí; y ahora estoy radicada en Viña del Mar, por lo tanto, soy extranjera. Y de los dividendo$ económico$, ha$ta la fecha nada de nada.

jueves, abril 05, 2007

París en Otoño y/o el himno al amor…




« Le ciel bleu sur nous peut s’écrouler,
et la terre peut bien s’effondrer,
peu m’importe ! Si tu m’aimes,
je me moque du monder entier (1)






… Mientras escribo escucho la bella voz de Paloma Berganza en el disco Avec le temps, quien canta hermosas canciones… a través de las cuales me es más fácil evocar París, la Ciudad de las Luces… París la ciudad de la libertad… del amor y de los enamorados…

Cuando conocí París era un día de Otoño como hoy; claro que el otoño en París es mucho más frío que nuestro otoño boreal. Viajar a París fue uno de los primeros sueños que he podido hacer realidad en mi vida…

Tras vivir casi dos años en Barcelona austeramente con lo que nos alcanzaba del crédito CORFO, cuando tuvimos mejores trabajos y por ende, mejores ingre$o$, pudimos darnos un lujo… realizar nuestro primer viaje dentro de Europa y el destino fue… París.

Fuimos un fin de semana laaargo, creo que era un puente(2), el del 1 de noviembre del 2001, nos fuimos en tren desde Cataluña hasta llegar después de una larga noche a la Ciudad de las Luces.

Recuerdo que llegamos de madrugada, la ciudad estaba casi vacía, sólo caminaban por ahí un par de mendigos, quienes al vernos, tal vez, por nuestra pinta de extranjeros nos hablaban en italiano, jajajajja!!! Una vez más no éramos reconocidos.

Tomamos el metro… el viejo metro de París que data de principios del siglo XX, y nuestro destino: la plaza de la Bastilla, pues ahí estaba nuestro Hotel de 3 estrellas (3). Llegamos, saludamos: ¡Bon jour! Dejamos nuestras mochilas y nos fuimos a recorrer la vieja cité, caminamos por las orillas del Sena, llegamos a la Iglesia de Notre Dame… A lo lejos divisábamos el ícono de París: la Torre Eiffel…
Después caminamos y caminamos… llegamos al Louvre, luego nos fuimos al Orsay; todo esto era una especie de ejercicio de reconocimiento de la ciudad, pues dejaríamos para más tarde el recorrido pormenorizado de cada rincón… de la Vieja ciudad.

¿Por qué hoy, ayer, hace una semana… hace un mes… me he acordado tanto de París? Porque estoy leyendo una novela, El Jardín de Badalpur de la Kenizé Mourad –continuación del libro de la misma autora, De parte de la princesa muerta que leí en el verano-, cuya primera parte transcurre en París. En el París post ocupación alemana, y especialmente, el París de los años ’60. Ha sido muy entretenido volver a leer esta novela e identificar los escenarios y callejuelas que describe: la plaza de la Bastilla, el barrio latino, el teatro de la Ópera… y mientras leo… evoco en mi memoria esas calles, ese frío viento de otoño, esa bohemia…


Y las imágenes aparecen en mi mente una tras otra sin parar… la impresión que me causó el abrazar una gárgola arriba en la iglesia de Notre Dame…

La sonrisa enigmática de la Mona Lisa en el Louvre… las vidrieras multicolores de la Sainte-Chapelle… Estar arriba de la Torre Eiffel… La noche estrellada y el autorretrato del maestro… Vicent Van Gogh en el Orsay… Este último momento lo tengo grabado como uno de los más bellos, súblimes y emotivos, pues no podía creer que estaba frente a una de las obras más bellas del arte impresionista… Recuerdo que mis ojos se llenaron de lágrimas y me sentí agradecida de la vida… Por estar ahí… por existir…


Este es uno de los recuerdos más hermosos que tengo de un Otoño especial… en París, en la ciudad del amor y de la eterna juventud…



Les trascribo el resto de la letra de “El Himno al Amor” que escucho mientras evoco estos recuerdos… que me parecen tan cercanos y lejanos a la vez…

Le ciel bleu sur nous peut s’écrouler,
et la terre peut bien s’effondrer,
peu m’importe ! Si tu m’aimes,
je me moque du monder entier
Tant que l’amour inondra mes matins,
que mon corps frémira sous tes mains,
peu m’ importent les problèmes,
mon amour, puisque tu m’aimes.

J’irais jusqu’au bout du monde,
je me ferais teindre en blonde
si tu me le demandais.
J’irais décrocher la lune,
j’irais voler la fortune
si tu me le demandais.
je renierais ma patrie,
je renierais mes amis
si tu me le demandais.
On peut bien rire de moi,
je ferais n’importe quoi
si tu me le demandais.

Si un joir, la vie t’arrache à moi,
si tu meurs que tu sois loin de moi,
peu m’imorte ! Si tu m’aimes,
car moi je mourrais aussi.
Nous aurons pour nous l’éternité,
dans le bleu de toute l’immensité.
Dans le ciel, plus de problèmes.
Mon amour, crois-tu qu’on s’aime !

Dieu réunit ceux qui s’aiment !



(1) “L’hymne à l’amour”, Edith Piaf: El cielo azul sobre nosotros puede desplomarse y la tierra puede hundirse también, ¡qué poco me importa! Si tú me amas, me burlo del mundo entero.
(2)Puente es lo mismo que hacer sándwich un lunes cuando el martes es feriado.

(3) Otro día contaré lo que escuchábamos cada noche en dicho Hotel.