La Sol, los lunes al Sol

Hoy lunes he recuperado un viejo hábito: los lunes al sol[1].

Después de volver de Barcelona, hace ya un par de meses, me faltaba recuperar una de mis compañeras más preciadas: mi bici roja… Por falta de tiempo, por pereza o por desidia no había ido a buscarla adonde la había dejado guardada en enero pasado.

Si no hubiese sido por los dichos de mi amigo bodeguero: “Sole, ya se cumplieron 6 meses desde que tengo tu bicicleta en mi casa. Por ende, ya la puedo reclamar como de mi propiedad, o mejor dicho, ya pasará a ser parte del inventario de esta casa…”. Por eso el fin de semana pasado, con el miedo a perderla, corrí cerros arriba a buscar mi bici.

El domingo al mediodía hablé con Don Iván, uno de los conserjes ciclistas de mi edificio, para que le echara aire a las ruedas que estaban totalmente des_infladas. Por lo tanto, estaba todo listo para mi aventura de los lunes…

Hoy me puse mi atuendo ciclístico, incluido el casco rojo por supuesto, y salí raudamente a recorrer y revisitar las rutas recorridas en el pasado…

Tomé aire profundo y pedalee… Pronto, sin notar el cansancio ya estaba en la costanera, pedaleando y pedaleando… El sol en mi rostro y yo feliz… respirando y absorbiendo el viento salino por mis pulmones y por mis poros…

Pedalee y pedalee hasta llegar a mi rincón favorito… por allá a donde sólo llegan los aventurados atletas que corren contra el tiempo…

Dejé de pedalear… caminé por la arena… dejé mi bici a un lado y me recosté en cruz con los brazos abiertos sobre la tibia arena… El sol me daba de lleno en mi cara, el viento mecía mis cabellos y prendas deportivas… Lo más agradable era sentir el susurro de las olas…

Sssusssurrro… que empezó a adormecerme… y de repente no sé cómo ni cuándo me dormí… Y desperté cuando un perro labrador color café con leche me lengüeteaba la cara…

Abrí los ojos un tanto asustada… Pensé ¿dónde estoy?… ¿Tengo clases?… Debo atender estudiantes… Tengo consejo de profes…Y, luego recordé… “Hoy es lunes… no mejor dicho, son mis lunes al sol”, días de libertad y de poesía…[2].

Me levanté, hice un par de fotos, me puse de nuevo mi casco y me monté de nuevo en mi bici roja… y emprendí feliz… el camino de regreso a casa… Un tanto asoleada, que no es lo mismo que des_olada, jajaja!!!



Escrito un lunes, hace un par de semanas, porque en realidad si lo hubiese escrito hoy se habría titulado "La tarde de los cristales rotos..."
[1] He recogido el nombre de la película española, Los lunes al sol, claro que al contrario de sus protagonistas yo no me encuentro en paro –cesante- sino que es mi día de asueto.
[2] Recuerdo cuando el año pasado la Teresita después de contemplar mi colorido horario me preguntó: ¿Profe qué hace en sus horas verde? Poesía, le respondí. Fíjate, cuando el verde complete todos los casilleros, significará que ya soy poeta, no mejor anti-poeta”.